Este versículo destaca que lo importante
no es el lugar, ni la posición corporal que se asume al orar lo primordial,
sino la actitud del corazón. Por su parte, Efesios 6:8 “nos insta a orar en
todo tiempo con oración y suplica en el Espíritu”, lo que evidencia que la
oración para el cristiano debe ser parte fundamental, permanente y transversal
de su vida cotidiana, y no solo oraciones de emergencia. Y como corolario
Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”,
reitera lo antes señalado y le añade que debe hacerse con una sincera actitud
de agradecimiento por lo ya recibido y por lo que vamos a recibir.
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