Nohelia Y. Alfonzo V.
Testimonio
Quiero iniciar dando un breve testimonio.
En el año 2020 yo debía recibir dos títulos de postdoctorado, pero yo no tenía
dinero para pagar los aranceles de grado, pues los aumentaron tanto que los
aranceles de ambos eran un monto muy superior a lo que me costaron dichos
estudios completos. Entonces yo hice lo único que podía hacer ORAR, por dos
años cada vez que me acordaba, le oraba al Señor para que obrara de manera
sobrenatural y me los entregaran, y en el mes de octubre del 2022, el Señor
utilizó a un ser querido de manera extraordinaria, se lo trajo a memoria, los
pidió como parte de una compensación que debían darle y me fueron entregados.
Doy este testimonio por dos razones, la primera todos los títulos académicos
que he recibido los he llevado al altar, y estos dos no, y el Señor me dijo no
me los has traído al altar, y la segunda para motivarlos a no desmayar en la
oración cuando no ven pronta respuesta, porque Dios tiene su tiempo, por eso,
la invitación es a insistir, persistir y no desistir en la oración.
¿Qué es la oración?
1. Es
un acto de fe
2. Es
comunicación entre las dos partes. Es un diálogo franco y sincero con nuestro Padre
Celestial, no se trata solo de hablar, sino también de escuchar. Involucra al
ser de toda la persona en una relación con Dios el Padre, a través de su Hijo,
y en el Espíritu Santo. Mediante la cual podemos: (a) buscar su consejo (Ex
33:13; Sal 86:11); (b) hacerle una petición (Jue 3:9; 2 Sa 22:7; Jr 15:15); (c)
darle gracias (Fil 4:6; Da 6:10; Col 3:17).
3. Es
un mandamiento y una responsabilidad. En 1era
de Samuel 12:23 se nos enseña que no orar por los demás es pecado. Si dejamos
de orar por los demás, por aquellos por quienes Dios nos ha cargado, estamos
pecando. Se nos manda que oremos. En I de Tesalonicenses 5:17 se nos dice: Orad
sin cesar, y en Colosenses 4:2 debemos: Perseverad en la oración.
4. No
deje que el poder de la oración en favor de otros se pierda (Intercesión)
5. Es
la expresión de los sinceros deseos del corazón
6. Es
el ejemplo que nos dejó Jesús. El Señor oraba
frecuentemente (Mar. 1:35; Heb. 5:7)
7. Es
el canal de liberación. Vemos estos en ocho maneras
diferentes: primero, somos liberados de la tentación por medio de
la oración (Mat. 26:41); segundo, somos liberados del desaliento
por medio de la oración (Luc. 18:1); tercero, somos liberados de las
circunstancias adversas por medio de la oración (Hec. 12:3-19); cuarto,
somos liberados de la falta de sabiduría por medio de la oración (Col.
1:9; San. 1:5); quinto, somos liberados de la enfermedad física y
de la muerte por medio de la oración, cuando Dios escoge hacerlo así (Hec.
18:8; San. 5:13-17); sexto, somos liberados de las necesidades
por medio de la oración (San. 4:7); séptimo, somos liberados de los
incrédulos por medio de la oración (Rom. 15:30-33); octavo, somos
liberados de Satanás por medio de la oración (Efe. 6:18).
8. Es
un canal para la madurez espiritual. Esto
se puede ver en cinco maneras diferentes: primero, es el medio por el
cual peleamos la guerra espiritual (Efe. 6:10-18); segundo, es el
medio para crecer espiritualmente (Efe. 1:15-23; 3:14-21; Col. 1:9-14); tercero,
es el medio por el cual desarrollamos valentía espiritual (Hec. 4:19-21;
Efe. 6:18-19); cuarto, por
medio de la oración obtenemos la salvación de los perdidos (Rom. 10:1); quinto,
por medio de la oración hacemos la obra de evangelismo mundial (Mat.
9:37-38)
Oración
Colectiva
Para la iglesia local, la oración es su
trabajo más importante, su ministerio fundamental. Si falla en esto, no surtirá
efecto lo mucho que pueda hacer.
1. La
vida de oración personal es fundamental para el éxito de la oración colectiva
2. Debe
ser una oración en el poder del acuerdo y de la unidad en un mismo espíritu
3. Es
una promesa garantizada que asegura la presencia del Señor. Así
lo declara Mateo 18:20 “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre,
allí estoy yo en medio de ellos”
4. La
iglesia debe ser diligente y ferviente en la oración.
Al orar en grupo el poder de nuestra fe aumenta. Moisés dijo al pueblo de
Israel “que uno podría hacer huir a mil, pero dos a diez mil” (Deuteronomio
32:30)
5. Toda
la vida de la iglesia (ministerios, planes, servicios) debe estar precedido por
la oración
6. Se
dirige a Dios, a favor de los hombres y contra el enemigo
7. Muestra
la Gloria de Dios, trae unidad y libera poder, amplia nuestra visión
Algunos tips para fortalecer nuestra vida de oración
1.Planifíquese,
programe un tiempo para orar diariamente. Separe un momento diario en su
calendario para orar. Mientras más oramos, más deseamos orar. Cree un ritmo en
su oración donde consistentemente usted y los demás sepan que este es el tiempo
de orar. Orar será el acto más importante de su día, y debe luchar por
mantenerlo como una prioridad en su vida. La distancia más corta entre un
problema y una solución es la oración. Un tiempo donde este despierto, fresco.
Busca el horario apropiado para orar. La mente y el cuerpo funcionan mejor durante
cierta hora del día. Muchos de nosotros estamos más alerta, temprano en la
mañana. Otros funcionan mejor durante la noche. No importa qué hora sea,
recordemos que conversar con Dios es uno de los privilegios más grandes que el
ser humano tiene, por eso merece nuestras mejores energías.
2.Tener un lugar para orar
3. Deshágase
de las distracciones. Al orar, es el momento de
apagar el celular, la televisión, el ruido constante en nuestras vidas y
enfocarnos en lo más importante, nuestra comunión con Dios. Hay personas que no
saben estar en silencio, sin el silencio, no podremos escuchar la voz de Dios.
Orar no consiste únicamente el decirle a Dios lo que sentimos o deseamos, pero
tener tiempo suficiente para callarnos y escuchar su voz, Él está deseoso de
hablarnos.
4. Tenga una postura para orar.
Haga lo que tenga que hacer para enfocarse en orar, arrodíllese, levántese,
póstrese, siéntese, pero haga lo necesario para que su cuerpo procese la idea
de que este es un momento diferente a los demás, usted está en búsqueda de la
presencia de Dios. C.S. Lewis decía “El cuerpo tiene que orar, así como nuestra
alma. El cuerpo y el alma, ambos serán mejores después de orar a Dios”.
Si estás cansado/a, no te apoyes en una
cama o sofá para orar. Tendemos a distraernos en la oración porque nos
acomodamos demasiado para hacerlo. Prueba orar de pie o arrodíllate sin ningún
apoyo, con la espalda recta. No podemos impresionar a Dios con una “postura
perfecta”, pero sí podemos impresionarnos a nosotros mismos reconociendo que
este es el tiempo más valioso del día y no deseamos desperdiciar ni un momento.
5.Ore en voz alta,
esto le ayuda a concentrarse. Por lo
regular somos más coherentes cuando hablamos en voz alta. Por supuesto, no
necesitamos hablar como genios literarios, pero nuestra expresión verbal por lo
regular le agrega color a nuestras oraciones. No olvidemos que hay diferencia
entre un pensamiento impreciso que flota en dirección al cielo, y un mensaje de
corazón dirigido a Dios, algo que realmente queremos decir.
6. Ore
con Honestidad, derrame su corazón. No
permitas que tu oración se convierta en una repetición estéril. A veces
nuestras plegarias flaquean porque se nos acaba el tema. Por pensar en qué otra
cosa pedir, perdemos el impulso y nuestra comunión con Dios se pierde. Para
evitar esto, escribe un bosquejo. Puedes comenzar con las cosas por las que te
sientes agradecido. Anota un grupo de personas por quienes quieres orar. Elige
algunas promesas bíblicas que se adapten a tus necesidades. Estos elementos
pueden ser la base de tus oraciones intercesoras. Procura también identificar
aspectos de tu vida que necesitas cambiar. ¿Cuáles serán los blancos que Dios
tiene para ti? Trata de destacar cualidades positivas en vez de malos hábitos.
Al orar no estamos hablando con nosotros
mismos o con el techo; la oración es una transacción maravillosa entre nosotros
y el Dios santo que mora en las alturas de los cielos. Por eso conviene
comenzar con palabras de alabanza, enfocándonos en el carácter y la gloria de
Dios. Por ejemplo, podemos imaginar que estamos ante el trono del altísimo. La
Biblia nos presenta vívidos ejemplos de la adoración divina. Hagámonos
partícipes de estas escenas.
7.Ore la Palabra de Dios.
Ora la biblia, aprópiate de las palabras de la Biblia para orar, orar línea
por línea. Ejemplo: toma el Salmo 23 y lo usas para orar una mañana específica.
Lee la primera frase: El Señor mi pastor. Comienzas a orar, Señor te agradezco
porque eres mi pastor, eres un buen pastor y tú me has pastoreado toda mi vida,
pero gran pastor podrías pastorear hoy a toda mi familia, también guiarles en
los caminos de Dios, guárdales de los caminos del mundo, no les dejes caer en
tentación, libra los del mal y te pido que hagas de mi familia tus ovejas que también
que te amen como su pastor, así como yo te amo como mi pastor.
Y cuando no puedas pensar en nada más, ahí
tiene la siguiente frase: Nada me faltará. Continúas orando Señor te agradezco
que nunca nada me ha faltado siempre tenido que comer, todo lo que soy y tengo
viene de ti Señor, sé que te agrada que te traiga misioneros a ti, así que
podrías proveerme con el dinero para pagar las cuentas y también para apoyar
las causas evangelísticas y misioneras, también te ruego por las personas que
tienen necesidades para que tú las suplas.
Esta estrategia de oración, consiste en usar
cada salmo línea por línea para hablar con Dios sobre cualquier cosa que venga
a tu mente en relación al pasaje leído, llevar en oración a Dios. Si llegas a
un versículo que no entiendes pásalo de largo, y continúa orando con el
siguiente. Este es una manera hermosa de comenzar a orar. Cuánto gozo le
bridamos al Padre Celestial cuando nuestras palabras son sus palabras y nuestro
corazón está alineado con el de Él. Nuestro vocabulario poco a poco comenzará a
adoptar sus palabras y sin darse cuenta comenzará a disfrutar Su presencia, así
como se deleita en su Palabra. Memorizar
versículos que se puedan recitar para apoyar la oración
8. Ore conforme a la voluntad de Dios.
Una barrera para la comunicación efectiva con Dios es orar con motivos
equivocados y deseos egoístas. “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para
gastar en vuestros deleites" (Santiago 4:3). Rechazar el llamado de Dios o
ignorar Su consejo (Proverbios 1:24-28), adorar a los ídolos (Jeremías
11:11-14) o hacerse de oídos sordos al clamor de los pobres (Proverbios 21:13),
sirven como obstáculos adicionales a una vida de oración efectiva.
Tenemos que asegurarnos de que nuestras
oraciones están en conformidad con la voluntad de Dios. “Y esta es la confianza
que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos
oye" (1 Juan 5:14-15). Orar en acuerdo con la voluntad de Dios es
esencialmente orar de acuerdo a lo que Él querría, y podemos ver la voluntad
revelada de Dios a través de las Escrituras. Y si no sabemos para qué orar,
Pablo nos recuerda que como hijos de Dios podemos depender del Espíritu Santo
para que interceda por nosotros, como “el Espíritu… conforme a la voluntad de
Dios intercede por los santos" (Romanos 8:27). Y puesto que el Espíritu de
Dios conoce la mente de Dios, la oración del Espíritu es siempre en armonía con
la voluntad del Padre.
9. Ore
fervientemente, sometiéndose a Dios durante la oración y por medio de ella. (1
Reyes 8: 27-30, 38-39). En rendición total a la voluntad de Dios (Mateo 6:10), Dejar de lado toda motivación
egoísta. En fe (Marcos
11:24, Hebreos 10:22; Santiago 1:6, Salmo
3:4–5). El orar es una actividad que produce acción. Conecte su oración a sus
acciones. A la medida que escuchamos su voz y El mismo nos llena con su
presencia, cosas nuevas hay en nuestra mente y corazón. Cosas nuevas solo
ocurren cuando en nuestra mente y corazón hay cosas nuevas. El fervor no es el
volumen de su voz al orar sino el volumen de sus acciones porque ha orado.
10. Ore específicamente.
Las generalizaciones pueden ser destructivas para nuestra vida de oración.
Confesar atributos específicos de Dios y declarar promesas específicas de nuestro
Señor son parte de desarrollar una relación íntima con Él. Cuando confesamos
pecados o esperamos bendiciones, la especificidad es importante y necesaria.
Las alusiones vagas de orar por “los
necesitados” o por “andar más cerca de Dios” fácilmente se diluyen y caen en la
distracción. Pongamos peticiones específicas delante del Señor, agradeciéndole
por lo que él puede hacer. Mientras más lo hagamos, más evidentes serán las
respuestas. anote en su cuaderno de
oración físico o digital (celular o pc) , para que no sea disperso cuando ore.
11. Ore con y por otros.
Orar por otros nos permite recordar que el mundo no gira alrededor nuestro y
orar con otros nos ayuda a ver aspectos de Dios que no conocemos. Cuando otros son parte de nuestra vida de
oración la vida toma un giro distinto. Añadimos valor a sus vidas no solo con
lo que hacernos por ellos sino por lo que Dios quiere hacer por ellos a través
de nosotros. Orar con otros también nos ayuda a rendir cuentas de nuestra vida
espiritual y nuestro crecimiento.
12. Pida perdón. Debemos
asegurarnos de que no tenemos ningún pecado inconfeso en nuestros corazones
cuando oramos, ya que esto sería un impedimento para la oración efectiva. “Pero
vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y
vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no
oír"(Isaías 59:2; Salmo 66: 18). Afortunadamente, "Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y
limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
13. En medio de la dificultad no deje de
orar, ya que la oración es esencial obtener la victoria. Aprenda
a centrarse y concentrarse para ser capaz de hacer oraciones de emergencia sin
perder su beneficio (cuando un vehículo va a colisionar el hombre se desvía, la
mujer cierra los ojos, practicar para tener una respuesta adecuada).
Conclusión
Todo el mundo quiere que sus oraciones
sean eficaces. Debemos pedir con humildad (2 Crónicas 7:14-15), dentro de la
voluntad de Dios (1 Juan 5:14-15), con fe (Santiago 5:14-15), confiando en que
lo que Dios hace (o no hace) es lo mejor para nosotros.
La Escritura afirma que "La oración
eficaz del justo puede mucho" (Santiago 5:16) y que “los ojos del Señor
están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones" (1 Pedro
3:12; Salmo 34: 15), es por ello que la oración es algo que los creyentes deben
hacer "continuamente" (1 Tesalonicenses 5:17), con persistencia y sin
desmayar (Lucas 18:1). Dios nos invita a venir confiadamente ante el trono de
la gracia y orar con la certeza de que Él extenderá su misericordia y gracia
para ayudarnos en nuestro tiempo de necesidad (Hebreos 4:16).
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